La empresa quería obsequiar a sus clientes más fieles y a los niños que empezasen con un tratamiento de ortodoncia con un detalle y ahí fue donde entré yo. Ya habían visto mis broches, incluso algunos llevaban mis muñecos personalizados así que me ofrecieron hacer 100 broches con forma de diente.
Intenté que fueran lo más "simpáticos" posibles ya que se les ofrecerían a muchos niños y a ellos no les gusta llevar un diente "soso".
Incluso personalicé la tarjeta con el logo de Vitaldent, para que todo fuera a su gusto.

Les gustó tanto que en Navidad me volvieron a encargar algunos dientes más, pero esta vez con gorrito de Papá Noel.
¡A ver qué os parece a vosotros!